¿Por qué hay negocios digitales que venden todos los días —como si tuvieran una varita mágica— mientras otros apenas logran un “me gusta”? No es suerte. Tampoco un secreto guardado bajo siete llaves. En muchos casos, la diferencia está en algo tan simple como potente: un embudo de ventas bien pensado y mejor ejecutado.
Ahora, saber qué es un embudo de ventas está bien. Pero lo que realmente cambia el juego es entender cómo funciona un embudo de ventas, conocer de cerca las etapas del embudo de ventas, los distintos tipos de embudos de ventas… y, sobre todo, ver un ejemplo de embudo de ventas paso a paso que no solo se entienda, sino que puedas adaptar a tu propio negocio sin perderte en tecnicismos.
Eso es justo lo que vas a encontrar en este artículo. No solo teoría (que abunda en internet), sino un caso real, explicado al detalle, sin vueltas ni jerga innecesaria. Porque si alguna vez sentiste que tu estrategia digital no convierte como debería, este contenido está hecho para ayudarte a cambiar eso. Y empezar a vender como si fuera magia… pero con método.
¿Qué es un embudo de ventas y cómo funciona?
Imagina esto: tenés un negocio con una vidriera enorme. La gente pasa, mira de reojo, tal vez frena un segundo… pero no todos entran. Y de los que entran, solo unos pocos llegan a comprar. El embudo de ventas funciona exactamente así, solo que en versión digital. Es la forma de entender —y diseñar— el recorrido que hace una persona desde que te descubre hasta que decide sacar la billetera.
Pero ojo, no es solo una linda metáfora. Es una estructura real, con pasos definidos, que podés construir a propósito. Para atraer a quienes te buscan sin saberlo, para nutrirlos con el contenido justo en el momento justo… y, finalmente, para convertirlos en clientes. Más que un embudo, es una hoja de ruta. Y sí: tenerla clara puede cambiarlo todo.
La lógica detrás del embudo: de visitante a cliente
Un embudo de ventas bien diseñado no es un grito desesperado por atención. Es más bien como un filtro inteligente que sabe a quién hablarle, cuándo y con qué tono. Porque no se trata de venderle a todo el mundo —eso solo lleva a frustraciones y correos sin abrir—, sino de acompañar a los que realmente están interesados.
¿Cómo? Con contenido que no suene a discurso de vendedor, sino a ayuda genuina. Con soluciones que lleguen justo cuando el problema empieza a doler. Con ofertas que no empujen, sino que inviten. Así, paso a paso, el embudo va haciendo su trabajo: reduce el rechazo, construye confianza y, lo más importante, mejora la tasa de conversión. No por insistencia, sino por sintonía.
Por qué necesitas uno, aunque no vendas a diario
Hay una idea dando vueltas —y bastante persistente, por cierto— que dice que el embudo de ventas es solo para gigantes digitales, para lanzamientos con fuegos artificiales y presupuestos de otro planeta. Pero no. La verdad es que incluso si ofreces servicios a medida, si vendés por WhatsApp o tenés un curso online que grabaste con lo justo, un embudo puede marcar la diferencia.
¿Por qué? Porque te ayuda a ordenar el caos. A darle estructura a tu proceso comercial. A automatizar esas tareas que repetís mil veces y que te roban tiempo. Y, sobre todo, a vender con más consistencia. No por golpe de suerte ni porque el algoritmo se alineó con los astros, sino porque hay una estrategia pensada detrás. Porque no se trata de vender más por casualidad, sino de hacerlo con intención. Y eso, a la larga, es lo que sostiene cualquier negocio.
Las etapas del embudo de ventas explicadas con claridad
Un embudo de ventas no es una fórmula inflexible ni un molde que todos deben calzar a la fuerza. Pero sí tiene tres etapas clave, que se repiten casi siempre, sin importar si vendés asesorías, cursos, productos físicos o lo que sea.
Cada una de esas etapas cumple un rol específico en la mente —y el recorrido— de quien podría convertirse en tu cliente. Es como si fueran escalones en una escalera de decisiones: primero te ven, luego te consideran… y si todo va bien, te eligen.
Entender esas etapas del embudo de ventas no es solo teoría: es la base para construir algo que no solo se vea bien en un diagrama, sino que funcione en la vida real.
TOFU: Atraer la atención del público adecuado
La primera parada se llama TOFU —sí, como el alimento, pero acá significa Top of the Funnel. Es la parte más ancha del embudo de ventas, donde todo comienza. Y no, el objetivo acá no es vender. Es algo más sutil, pero igual de importante: captar la atención.
En este punto, te dirigís a personas que tienen un problema, una necesidad o simplemente una curiosidad… pero que todavía no saben que existís. Ni quién sos, ni qué hacés. Están lejos, pero atentos.
¿La herramienta? Contenido atractivo que funcione como imán: un post que despierta algo en redes, un artículo que responde justo esa pregunta que ronda en Google, un video en YouTube que engancha desde el primer segundo, o incluso un buen lead magnet —ese regalo digital que das a cambio de un mail o un «quiero saber más».
La idea es simple: dar valor antes de pedir algo. Porque cuando ofreces algo útil, genuino, sin condiciones, ganás algo más valioso que un clic: la atención.
MOFU: Generar interés y construir relación
Entre la curiosidad inicial y la decisión final, hay una zona clave: MOFU, Middle of the Funnel. El corazón del embudo de ventas. Y como todo corazón, lo que hace es nutrir.
Acá ya no estás hablando con desconocidos, sino con personas que mostraron interés. Te dieron un clic, un correo, una señal. Ahora toca educar, pero también conectar. Mostrar que entendemos su problema, que hablas su idioma, que no estás improvisando una solución, sino ofreciendo una que ya probaste, afinaste y sabés que funciona.
Este es el terreno de las secuencias de correos que no se sienten invasivas, sino útiles. De los webinars donde enseñas antes de vender. De las clases gratuitas, los casos de estudio, las guías prácticas que dejan de lado la promesa vacía para mostrar el “cómo”.
Porque el objetivo acá es simple: que el prospecto entienda —y sienta— que vos o tu producto pueden realmente resolver lo que le duele. Que no es solo una opción más, sino la opción.
BOFU: Convertir leads en compradores
Y llegamos al final del recorrido: BOFU, Bottom of the Funnel. La base del embudo. La fase decisiva.
A esta altura, la persona ya te conoce. Sabe lo que ofrecés. Entiende cómo podrías ayudarle. Está ahí, con un pie en el borde… y solo necesita un pequeño empujón (o un buen motivo) para dar el paso.
Acá el foco ya no es atraer ni educar. Es facilitar la decisión. Resolver las últimas dudas, despejar objeciones, reforzar la confianza. ¿Cómo? Con lo que más pesa cuando uno está a punto de comprar: testimonios reales, garantías claras, ofertas con fecha de vencimiento, sesiones personalizadas, descuentos que no suenan a truco barato, sino a oportunidad sincera.
Es el momento de mostrar que no solo sabés lo que hacés, sino que podés demostrarlo. Porque si TOFU era seducción y MOFU era conexión, BOFU es acción.
Tipos de embudos de ventas según el modelo de negocio
No todos los embudos son iguales —ni deberían serlo—. Dependiendo de lo que ofrezcas y de cómo vendas, vas a necesitar un tipo de embudo distinto. Aquí te comparto tres de los más comunes, adaptados a distintos modelos de negocio digitales, para que identifiques cuál te sirve más.
Embudo para vender servicios profesionales
No todos los embudos de ventas son iguales. Ni deberían serlo. Porque no es lo mismo vender un curso que un servicio personalizado, ni hablarle a mil personas que acompañar de cerca a diez.
Dependiendo de lo que ofrecés —y de cómo lo vendés— vas a necesitar un tipo de embudo distinto. Uno que se adapte a tu modelo de negocio, a tu forma de comunicar, a tu ritmo.
Por eso, en lugar de darte una receta única, acá te comparto tres de los embudos más comunes en el mundo digital. Cada uno pensado para un escenario distinto. Léelos con ojo crítico, compara con tu realidad… y elegí cuál se parece más a lo que necesitás ahora.
Ejemplo de embudo para vender servicios profesionales (caso realista)
Escenario:
Imagina que sos consultor en marketing digital. Ofrecés asesorías uno a uno para emprendedores que quieren dejar de adivinar y empezar a vender en serio.
Tu embudo no necesita decenas de correos automatizados ni lanzamientos masivos. Lo que necesitás es generar confianza. Mostrar que entendés el terreno, que ya estuviste ahí, que sabés lo que funciona. ¿Cómo? Con contenido valioso en redes, quizás un lead magnet que resuelva un problema puntual, seguido por una secuencia breve de correos donde compartís casos reales, consejos aplicables y una invitación clara a agendar una sesión.
El objetivo no es llenar un carrito. Es llenar tu agenda. Y para eso, este tipo de embudo —más corto, más directo, más humano— puede ser tu mejor aliado.
Etapa 1 – TOFU: Atraer la atención y captar leads
- Canales: Instagram, LinkedIn, YouTube y blog.
- Contenido: Publicas tips, errores comunes, mini tutoriales, casos de éxito.
Ej: “3 cosas que estás haciendo mal en tu estrategia de ventas”. - Gancho (lead magnet): Ofreces una plantilla gratuita para auditar tu embudo de ventas en 15 minutos.
- Objetivo: Conseguir el correo electrónico del prospecto a través de una landing page sencilla.
Etapa 2 – MOFU: Nutrir el interés y generar confianza
- Secuencia de correos:
- Bienvenida + entrega de la plantilla
- Video con explicación de cómo usarla
- Historia personal o caso de éxito real de un cliente
- Pregunta directa: ¿Te gustaría que revise tu embudo gratis?
- Llamada a la acción: Reservar una llamada diagnóstica gratuita de 20 minutos.
- Objetivo: Mostrar autoridad, generar cercanía y motivar a tomar la llamada.
Etapa 3 – BOFU: Cierre de la venta
- Llamada diagnóstica: En esa sesión evalúas la situación del prospecto y le das 1 o 2 recomendaciones prácticas.
- Pitch final: Si encaja con tus servicios, le ofreces un paquete de asesorías (por ejemplo, 4 sesiones + soporte).
- Apoyo post-llamada: Si no compra de inmediato, sigue una secuencia automatizada con:
- Testimonios
- Preguntas frecuentes
- Oferta con fecha límite
- Objetivo: Cerrar la venta en los siguientes 3 a 7 días.
Este tipo de embudo es simple, flexible y, si lo hacés bien, sorprendentemente efectivo. No necesitás una plataforma carísima ni un equipo técnico detrás. Con una landing page bien pensada, un CRM básico como MailerLite o Brevo, y una cuenta en Calendly para agendar las llamadas, podés tener todo funcionando en menos de una semana.
Nada de complicarse. Lo importante no es la tecnología, sino el mensaje: mostrarle a la persona adecuada que vos tenés la solución que está buscando. Y que puede hablar con vos, sin rodeos.
Embudo para productos digitales o cursos online
Ahora pasemos a otro formato, ideal si tenés un curso online o un infoproducto y querés vender sin estar todo el día conectado: el embudo educativo semi-automatizado.
Este embudo está pensado para escalar, pero sin perder el toque personal. Todo empieza con un lead magnet —puede ser un checklist, una clase gratuita, un eBook— algo que resuelva una duda concreta y deje al prospecto con ganas de más.
Después entra en juego la secuencia de correos: no cualquier correo, sino mensajes que educan, generan confianza, y preparan el terreno para la oferta. No se trata de empujar, sino de acompañar. De mostrar el camino y, cuando llega el momento, invitar a avanzar con tu curso o infoproducto.
En este tipo de embudo, funcionan muy bien los lanzamientos tipo webinar, donde das mucho valor en vivo y cerrás con una promoción. O los embudos evergreen, que automatizan todo ese proceso y venden todo el año, sin necesidad de repetirlo desde cero.
Ejemplo de embudo para productos digitales o cursos online
Escenario:
Supongamos que tenés un curso online llamado “Instagram Pro para Emprendedores”. Está pensado para marcas personales que quieren dejar de postear por instinto y empezar a crecer con estrategia, construir comunidad y —sí— vender a través de Instagram.
Tu embudo podría arrancar con un lead magnet potente: una guía gratuita con “10 errores que estás cometiendo en Instagram (y cómo solucionarlos)”, o una mini clase donde mostrás cómo diseñar un perfil que convierte. Algo útil, concreto y directo al punto.
Luego, una secuencia de correos bien pensada —no esos mails que huelen a copia y pega, sino mensajes con ejemplos, tips prácticos y casos reales— que preparen al prospecto para la oferta.
Y el cierre: un webinar en vivo donde enseñas algo de valor, responder dudas y presentas el curso con una oferta limitada. O, si preferís automatizar, un embudo evergreen que mantenga todo funcionando en piloto automático, pero sin perder cercanía.
Así, en lugar de perseguir ventas, las ventas llegan a vos.
Etapa 1 – TOFU: Atraer y captar leads con contenido gratuito
- Canales: TikTok, Instagram Reels, YouTube y artículos SEO en blog.
- Contenido: Tips sobre cómo crear reels virales, errores comunes al usar hashtags, y cómo usar Instagram para vender.
Ej: “Cómo conseguir tus primeros 1,000 seguidores sin pagar publicidad”. - Lead magnet: Una clase gratuita en video titulada “Los 5 pasos para convertir tu Instagram en una máquina de ventas”.
- Landing page: Página sencilla con formulario para acceder al video.
- Objetivo: Captar el correo y segmentar a los interesados en el tema del curso.
Etapa 2 – MOFU: Nutrir con valor y preparar para la venta
- Secuencia de correos o mensajes automáticos:
- Enlace directo al video + presentación personal
- Correo con una hoja de trabajo complementaria a la clase
- Testimonio en video de una ex alumna del curso
- Storytelling: cómo descubriste el método que enseñas
- Mini entrenamiento opcional: Serie de 3 mini videos de 5 minutos (contenido pregrabado) que profundizan el problema del usuario.
- Objetivo: Posicionarte como experto, derribar objeciones y generar deseo por el curso.
Etapa 3 – BOFU: Oferta directa y cierre
- Presentación del curso:
- Explicas qué incluye, cómo funciona, duración, acceso, precios y bonos.
- Incluyes testimonios reales, capturas de resultados, una demo de la plataforma.
- Oferta limitada: Inscripción abierta por 5 días con precio especial + bono exclusivo (plantillas, mentoría grupal o checklist premium).
- Automatización:
- Recordatorios diarios por email y/o WhatsApp
- Último día: 3 correos con urgencia + botón directo a la compra
- Objetivo: Cerrar la mayor cantidad de ventas en una ventana de tiempo corta.
Lo mejor de este tipo de embudo es que podés automatizarlo casi por completo. Plataformas como Hotmart, Kajabi o Teachable te permiten alojar el curso, gestionar pagos y entregar el contenido sin que tengas que mover un dedo.
Para la parte del seguimiento y los correos, podés usar herramientas como ConvertKit o ActiveCampaign, que se integran fácil y te permiten crear secuencias automatizadas que parezcan escritas a mano. Sí, automatización con alma.
Y lo más interesante: este embudo puede funcionar en dos modos. Podés repetirlo cada mes como un lanzamiento cíclico, ajustando fechas y promociones. O dejarlo en modo evergreen, vendiendo todos los días con pequeños ajustes cuando haga falta. Es como armar una máquina que no solo funciona… sino que aprende.
Embudo automatizado para ecommerce
Cuando hablamos de tiendas online, el juego cambia un poco. El enfoque es más directo, sí, pero no por eso menos estratégico. Acá, el embudo de ventas empieza con tráfico frío —gente que llega desde un anuncio, una búsqueda o un post en redes— y aterriza directo en una página de producto bien optimizada.
¿El primer objetivo? Captar ese primer gesto de interés. ¿Cómo? Con un cupón de bienvenida, una promo relámpago o envio gratis a cambio del correo. Algo que diga “quédate un poco más”.
Después entra en acción la automatización: correos con productos recomendados según lo que miró, recordatorios amables de carritos abandonados, y ofertas flash que despierten el “comprá ahora o te lo perdés”.
Porque en e-commerce, la clave no es solo vender una vez. Es automatizar el seguimiento y mantener viva la relación para que la venta se repita. Como quien no solo hace que alguien entre a la tienda… sino que quiera volver.
Ejemplo de embudo automatizado para ecommerce
Escenario:
Pongamos un caso concreto: tenés una tienda online de productos para el cuidado de la barba. Vendés aceites naturales, peines de madera, kits de grooming que parecen salidos de un barbershop de lujo. Tu cliente ideal es claro: un hombre entre 25 y 40 años, que se cuida, elige lo que usa y compra por estética, practicidad y estilo.
Tu embudo puede arrancar con un anuncio visual en Instagram o TikTok, mostrando un cambio de look o un “antes y después” real. Ese clic lleva a una página de producto pulida, con buenas fotos, reseñas y una promesa clara: “Barba con carácter, sin complicaciones”.
Al visitante nuevo le ofrecés un 10% de descuento si deja su mail. Y ahí empieza la secuencia: correos con tips de uso, recomendaciones personalizadas, ofertas flash del kit completo o un recordatorio elegante de ese peine que quedó en el carrito.
Así, el embudo no solo vende una vez. Crea hábitos, fideliza clientes y convierte cuidado personal en experiencia de marca.
Etapa 1 – TOFU: Atraer tráfico frío y captar correos
- Canales: Anuncios en Facebook/Instagram, colaboraciones con influencers, SEO para Google Shopping.
- Contenido de atracción:
- Anuncio con video mostrando el “antes y después” de usar el kit
- Blogpost tipo “Cómo cuidar tu barba en 3 pasos (sin volverte loco)”
- Lead magnet:
- Popup con descuento del 10% en la primera compra a cambio del correo electrónico.
- Landing page/product page:
- Página con fotos atractivas, beneficios claros, valoraciones y llamado a la acción visible.
- Objetivo: Captar el correo de visitantes que aún no están listos para comprar.
Etapa 2 – MOFU: Nutrir el interés de los leads
- Secuencia automatizada de emails (3–4 correos):
- Bienvenida + cupón de descuento
- Correo con video corto: “¿Qué incluye el kit y cómo usarlo?”
- Testimonio de cliente satisfecho con foto real
- Recomendación de productos basada en navegación previa
- Objetivo: Aumentar la confianza y resolver dudas sin forzar la venta.
Etapa 3 – BOFU: Cierre de la venta + recuperación de carritos
- Automatización de carrito abandonado:
- Si el usuario agregó productos pero no compró, se activa una secuencia como esta:
- Email 1 (30 min): “¡Olvidaste algo!”
- Email 2 (12 h): “Tu kit te está esperando – y tu cupón sigue activo”
- Email 3 (24 h): Última oportunidad con temporizador
- Si el usuario agregó productos pero no compró, se activa una secuencia como esta:
- Upsell post-compra:
- Luego de la compra, se ofrece un producto complementario con descuento exclusivo por 24 h (por ejemplo, bálsamo para barba o cepillo premium).
- Segmentación futura:
- Si compró, se agrega a lista de clientes activos.
- Si no compró, se le redirige a campañas de remarketing con anuncios personalizados.
Lo mejor de este embudo es que, una vez armado, puede funcionar solo. Sin intervención manual, conectado a plataformas como Shopify, WooCommerce, Klaviyo o Mailchimp, todo el sistema puede correr en segundo plano mientras tu te enfocas en mejorar el producto o contar mejor la historia detrás de la marca.
Y cuando está bien implementado, deja de ser solo una secuencia de correos y botones: se convierte en una máquina de transformar visitas esporádicas en clientes fieles, de esos que vuelven, recomiendan y —con el tiempo— se convierten en embajadores silenciosos de tu marca.
Ejemplo de embudo de ventas Evergreen paso a paso (caso práctico)
Caso realista y fácil de replicar
Escenario:
Tomemos otro caso real: Paula, emprendedora digital que creó un curso online llamado “Diseña tu Marca Personal en 30 Días”. Su público: freelancers y pequeños creadores de contenido que quieren dejar de improvisar su presencia online y empezar a construir una marca con intención.
Paula no quiere estar haciendo lanzamientos cada mes ni vivir pendiente del próximo pico de ventas. Su objetivo es más claro y sostenible: atraer leads cualificados, educarlos sobre su método y vender su curso en piloto automático, sin perder el toque humano.
Para eso, diseñó un embudo evergreen. Arranca con un test gratuito que ayuda al visitante a descubrir su estilo de marca. Al final del test, una landing con resultados personalizados y una invitación a descargar una guía práctica. Después, una secuencia de correos donde Paula comparte su historia, muestra ejemplos de alumnos reales y explica por qué su enfoque funciona.
Todo el embudo está pensado para construir una relación genuina antes de hacer la oferta. Y el resultado es claro: menos esfuerzo, más consistencia, y un negocio que respira sin necesidad de vivir al ritmo de los lanzamientos.
Etapa 1 – Captación: atraer con contenido y lead magnet
Paula comienza publicando contenido de alto valor en Instagram y TikTok, donde comparte consejos rápidos de diseño, branding personal y errores comunes de identidad visual. Uno de sus reels se vuelve viral: “3 cosas que arruinan tu marca personal sin que te des cuenta”.
Ese video lleva a una landing page donde ofrece una clase gratuita en video:
“Cómo crear una marca personal visualmente potente (aunque no sepas diseñar)”.
Los usuarios dejan su correo a cambio del acceso. ¡Primer paso del embudo completado!
Etapa 2 – Nutrición: secuencia automatizada con contenido valioso
Una vez captado el lead, se activa una secuencia de correos automatizada:
- Día 1: Enlace a la clase + historia de Paula y por qué creó su curso.
- Día 2: Tip de marca personal + hoja de trabajo descargable.
- Día 3: Testimonio de una alumna que consiguió clientes después del curso.
- Día 4: Invitación a conocer el curso “Diseña tu Marca Personal en 30 Días”.
Paula no intenta vender de inmediato. Primero entrega valor, establece conexión y luego hace la oferta.
Etapa 3 – Conversión: cierre con oferta limitada
El día 5, Paula lanza una oferta por tiempo limitado:
- Acceso al curso completo
- Bono exclusivo: revisión personalizada del perfil de Instagram
- Precio con descuento válido por 72 horas
Durante esos tres días, el sistema envía recordatorios automatizados con urgencia suave (“últimas horas”, “bono se va en 12 h”, “testimonio en vivo de una alumna por Zoom”).
Los leads interesados hacen clic, visitan la página de venta (bien optimizada), y muchos finalizan la compra. Paula cierra entre el 3% y el 6% de los leads, sin tener que hacer nada en vivo.
Este embudo funciona en modo evergreen, lo que significa que Paula puede repetirlo las veces que quiera sin saturar a su audiencia. No hay fuegos artificiales ni urgencias forzadas cada mes. Solo un sistema que acompaña, educa y convierte a su ritmo, mientras ella se enfoca en lo que más le gusta: crear contenido y acompañar a sus alumnos.
¿Lo mejor? Una vez armado, solo necesita ajustes menores para seguir funcionando. Un nuevo testimonio por aquí, una mejora en el lead magnet por allá. Nada de reconstruirlo todo desde cero. Porque cuando el embudo está bien pensado, no es una campaña… es un activo.
Cómo aplicar este ejemplo de embudo de ventas a tu propio negocio
No necesitás un equipo gigante ni herramientas carísimas para armar tu embudo de ventas. Lo esencial no es la tecnología, sino entender el flujo y la intención detrás de cada etapa: captar, nutrir, convertir.
Con eso claro, podés empezar hoy mismo, paso a paso, con lo que tenés a mano. Porque lo que realmente marca la diferencia no es tener el sistema perfecto, sino ponerlo en marcha, aprender en el camino y ajustarlo según lo que funcione para vos.
Y para que no te quedes solo con la inspiración, acá te dejo una guía práctica. Está pensada para que tomes el ejemplo anterior —o el que más se parezca a tu negocio— y lo adaptes a tu estilo, tu voz y tu audiencia. Porque no se trata de copiar fórmulas, sino de diseñar un embudo que tenga sentido para lo que vendés… y para cómo quieres venderlo.
Identifica dónde está tu audiencia y qué necesita
Antes de pensar en el embudo, pregúntate:
- ¿Qué problema tiene tu cliente ideal?
- ¿Dónde pasa su tiempo? ¿Instagram, YouTube, Google, LinkedIn?
- ¿Qué contenido le atrae naturalmente?
👉 Si ofrecés consultorías para emprendedores, podrías armar un mini eBook titulado “Errores que te hacen perder ventas sin darte cuenta”, algo que hable su idioma y toque justo donde duele. Si vendés un software, tal vez un video demo corto —pero potente— que muestre cómo se resuelve un problema real en pocos clics. El punto no es el formato, sino que ese lead magnet conecte de forma directa con el problema que quieres resolver, y deje al prospecto con la sensación de que vos tenés lo que necesita.
Adapta el formato del embudo a tus recursos
No todos los embudos deben tener un webinar ni una secuencia de 12 correos. Puedes empezar con algo simple:
- 1 landing con un lead magnet
- 3 correos de valor
- 1 página de venta básica
- Y una oferta clara con sentido de urgencia
Mientras más alineado esté a lo que ofreces (y más auténtico sea tu tono), mejor funcionará. Lo importante es que sientas que el sistema refleja tu forma de trabajar y comunicarte.
Herramientas recomendadas para empezar (gratuitas y pagas)
Aquí una lista útil para armar tu embudo sin enredarte:
Necesidad | Herramienta gratuita | Opción paga recomendada |
---|---|---|
Landing page | MailerLite, Brevo | Leadpages, ClickFunnels |
Automatización de correos | Mailchimp, Brevo | ActiveCampaign, GetResponse |
Formularios y popups | Brevo, MailerLite | Thrive Leads, OptinMonster |
Videos y presentaciones | Loom, Canva | Vimeo, WebinarJam |
CRM básico (seguimiento) | Notion, Trello | HubSpot, GoHighLevel |
Lo ideal es empezar con lo que ya tienes y mejorar sobre la marcha. No esperes tener todo perfecto desde el inicio. Lo que realmente convierte es el mensaje, no la plataforma.
El valor de tener un embudo bien estructurado
Muchos emprendedores digitales viven en modo supervivencia: publican sin rumbo, lanzan ofertas al vacío, persiguen leads sin saber bien por qué. Es agotador. Y, lo peor, ineficiente. Un embudo de ventas bien diseñado corta ese ciclo de raíz. No solo te ahorra tiempo: te da dirección, foco, claridad. Te muestra qué funciona, qué no… y te permite vender con intención, no por casualidad ni por obra del algoritmo.
Y no, no hace falta montar una infraestructura compleja para empezar. A veces, un solo ejemplo bien ejecutado basta para empezar a ver resultados reales. La clave no está en la cantidad, sino en la precisión: entender a tu cliente, hablarle cuando está listo para escuchar, y ofrecerle justo lo que necesita, sin empujones ni discursos enlatados. Si llegaste hasta acá y ponés en práctica lo que leíste, ya estás —literalmente— varios pasos adelante de la mayoría.
¿Y ahora qué? Próximos pasos:
- Elige uno de los tres tipos de embudo que viste y dibuja tu propia versión.
- Crea tu lead magnet y una landing básica.
- Activa una secuencia de correos sencilla que entregue valor y prepare la venta.
- Mide los resultados, ajusta y vuelve a intentarlo.
Recuerda: un embudo no es magia, es método. Y cuando ese método encaja con lo que haces y a quién le hablas, los resultados llegan.